Familia de Saltimbanquis
Hay muchas cosas que podemos hacer con Picasso en la clase de Español a través del Arte, y hoy vamos a trabajar con esta obra en concreto:
Se llama Familia de saltimbanquis, y se encuentra en la National Gallery of Art, Washington D.C. (Chester Dale Collection). Se trata de un óleo sobre lienzo, pintado en 1905, que mide 240,4 x 256,3 cm.
Bueno, pero lo importante es ¿qué hacemos en clase con esto?
Lo primero es contextualizar la obra: pertenece a la llamada época rosa de Picasso, en la que, como sabéis, aparecen muchos personajes del mundo del circo y muchos colores que tienen relación con el rosa. En esta etapa de su vida, Picasso vivía en el romántico y bohemio barrio de Montmartre, en París, y solía frecuentar —además de burdeles— el famoso circo Medrano. Por eso, entre 1904 y 1905 las pinturas de Picasso incluían multitud de personajes de circo, la mayoría parejas con bebés y animales circenses, y también grupos de artistas de camino a alguna actuación.
Esta es una de esas obras.
Pero aunque es de la llamada «época rosa», tiene mucho azul. El frío se cuela subrepticiamente en esta imagen, así como la tristeza: una tristeza que nos hace pensar en la soledad. Y es que aunque hay un grupo de personas, juntas en un pequeño espacio, dan una tremenda impresión de soledad. Quizá ese sea el peor sentimiento de soledad, el que se experimenta rodeado de gente.
Y lo vemos no solo en los colores, sino también en la composición y en las expresiones de los rostros de los personajes. ¿En la composición, por qué? Porque las figuras están organizadas de tal manera que no hay una interacción fácil entre ellas. De hecho, el personaje que se encuentra en la parte inferior derecha no se relaciona con ninguno de los otros.
Pero vayamos por partes.
Mis alumnos siempre preguntan: «la época rosa, ¿se refiere a cosas bonitas, como en la expresión «ver la vida de color de rosa»?» Pues… no. Aunque pensar en la paleta del rosa nos proporciona una idea de calidez y positivismo, no es eso lo que sentimos cuando observamos de cerca el cuadro y sus personajes.
Después de explicar algunas consideraciones sobre la paleta de colores y la composición (por ejemplo, trazamos líneas y figuras geométricas sobre la imagen para comprobar cómo están organizadas las figuras), les pido a los alumnos que presten atención a los personajes, y les hago preguntas como estas:
- ¿Quiénes son estas personas, y qué relación guardan entre sí?
- ¿Qué tipo de ropa llevan? ¿Y por qué?
- ¿Quién es la persona que se encuentra en la parte inferior derecha, y por qué está mirando hacia otro lado?
Bien, aunque parezca una tontería, solo el hecho de trazar líneas y figuras geométricas que relacionen a los personajes ya nos da mucha información sobre la interacción que se da entre ellos, y da pie a imaginar posibles relaciones de parentesco.
La ropa presenta algún que otro problema y no solo por el vocabulario, sino que también causa extrañeza. Por ejemplo, estas son algunas de las preguntas que más me hacen a mí los alumnos cuando empezamos a trabajar esta obra:
- ¿Por qué el hombre «gordo» del centro va vestido de Papá Noel?
- ¿Por qué el hombre de rojo en el centro lleva un gorro de duende?
- ¿Por qué el chico que está a su derecha va desnudo, y lleva un barril de cerveza a hombros?
- ¿Por qué no le vemos la cara a la niña del cesto de flores?
- ¿Por qué el sombrero de la mujer de la derecha flota en el aire?
Quizá os produce risa, pero son preguntas muy pragmáticas que se repiten en diferentes grupos de alumnos :). Y seguro que a vosotros se os ocurren también muchas respuestas: si queréis, me las podéis dejar en la sección de comentarios.
Cuando ya hemos debatido un buen rato intentando encontrar soluciones a todas esas cuestiones, entonces hacemos un ejercicio que combina expresión escrita y expresión oral: les pido a los alumnos que cada uno elija a uno de los personajes del cuadro, y escriba un pequeño párrafo en primera persona describiendo cómo es su vida cotidiana. Les dejo unos minutos para que lo preparen, con ayuda del diccionario si lo necesitan y, cuando ya todos tienen su texto terminado, lo leen en voz alta y el resto de la clase tiene que adivinar de qué personaje se trata.
Ni que decir tiene que la imaginación a veces se les desborda y se producen muchas anécdotas lingüísticas divertidas. Pero hay algo que tienen todos en común y es que, invariablemente, sin importar el personaje que hayan elegido, la vida que describen es siempre triste. Sumamente triste. Y se repiten conceptos como «melancolía», «nostalgia» y, por supuesto, «soledad». No hay ni un solo personaje que tenga una vida feliz, fácil o agradable. Las relaciones de parentesco que establecen entre ellos suelen ser muy complicadas, y todos sufren por alguna u otra razón.
De modo que siempre me maravilla lo que Picasso consiguió: que sintamos esa melancolía y soledad con estas pinturas rosas.
Fuentes:
- Web de la National Gallery of Art: https://www.nga.gov/
- Brown, Jonathan: Picasso y la tradición española, Ed. Nerea, 1999.