Las Saturnales

Io, Saturnalia! Sir Lawrence Alma-Tadema, 1880 Foto
Durante las Saturnales se invertían los roles: el amo era sirviente, y viceversa. Todo estaba permitido, y todo era derroche sin contención; se intercambiaban regalos y se permitía a los esclavos decir verdades incómodas a sus señores. En origen, los regalos que se intercambiaban los romanos eran velas de cera y pequeñas figuritas de arcilla (sigillaria). Se hacían muchas bromas con motivo del intercambio de regalos: bien conocida es la anécdota protagonizada por Catulo, que se quejó pública y jocosamente de la “insufrible colección de poesías contemporáneas” que había recibido de Licinio Calvo con motivo de las Saturnales. Catulo, genio y figura. Había también una especie de “rey del desgobierno” llamado Saturnalicius Princeps, que era elegido en cada familia o grupo de amigos y su deseo era la ley ese día: todas las personas de su entorno debían obedecer cada uno de sus caprichos.

Saturnalia, Antoine-François Callet, 1783 Foto