Cleopatra VII

Este magnífico busto se conserva en el British Museum con el número de catálogo 1879,0712.15, y se ha asociado tradicionalmente a la imagen de la reina Cleopatra VII, principalmente por su similitud con el retrato del Altes Museum de Berlín:

Pero lo cierto es que no podemos afirmar con seguridad que se trate de una efigie de la reina. Tiene su nariz aguileña, el porte regio, el peinado conocido como «estilo melón», pero le falta algo fundamental: la diadema real. Por esta razón consideramos que se trata del retrato de una mujer que quería imitar el estilo de Cleopatra, quizás una dama de su séquito que la acompañó en su viaje a Roma, entre 44 y 46 a.C. Ese viaje le dio una gran fama y notoriedad, y sus apariciones públicas hicieron que muchas mujeres romanas admiraran su estilo y quisieran imitarlo.
Si se tratara de una imagen de la reina, podría revelar una intención de hacerse representar como una mujer romana sin signos de realeza, lo cual entraría en conflicto con esa desagradable imagen que quiso transmitir Cicerón de Cleopatra como una mujer arrogante y vanidosa:
«Odio a la reina; sabe que tengo derecho a hacerlo el garante de sus promesas, Amonio […]. En cuanto a Sara[pión], aparte de persona abominable, he comprobado que es insolente conmigo. Lo he visto tan sólo una vez en mi casa; como le pregunté ‘amablemente’ qué le hacía falta, me dijo que buscaba a Ático. En cuanto a la soberbia de la propia reina cuando estaba en sus jardines del otro lado del Tíber, no puedo recordarla sin gran sufrimiento. De modo que nada con esa gente».
Cicerón, Cartas a Ático, 393 XV.15.
Pero, si te soy sincera, no creo en absoluto que esa descripción de Cicerón fuera objetiva ni, mucho menos, verdadera.
Siguiendo con la atribución de este retrato a la reina Cleopatra VII, si bien es cierto que tanto de frente como de perfil se parece mucho a la imagen de las monedas acuñadas durante su reinado, la parte trasera es diferente: en las monedas aparece con el clásico rodete del peinado «estilo melón», pero este retrato presenta un tocado más complejo; en la parte posterior de la cabeza vemos cómo la melena se recoge hacia arriba, en dos particiones, que se sujetan mediante un nudo central, dejando dos mechones de pelo colgando alrededor del cuello:

Se trata de un estilo que podemos observar en otras bustos de la primera mitad del s. I a.C., de mujeres de la alta sociedad del Imperio Romano.
El busto del que te hablo en esta entrada data de aproximadamente 50-40 a.C., y proviene de la colección de Alessandro Castellani que adquirió el British Museum a finales del s.XIX. Es de piedra caliza, mide 28 cm y parece haber sido separado de una estatua de cuerpo entero. Está en muy buenas condiciones, quitando unos pequeños desperfectos en el cabello y en el labio superior, y marcas de cincel en la barbilla y en el cuello. Las orejas tienen unos pequeños agujeros, seguramente para insertar pendientes de metal.
Este perfil, si me lo permites, me recuerda a otra ilustre «faraona» además de a la imagen de la reina que adorna sus monedas. Si no te lo parece, es que eres demasiado joven.

Bibliografía:
Cicerón, M. T. (1996). Cartas a Ático (cartas 162-426): Vol. II (M. Rodríguez-Pantoja Márquez, Ed.). Gredos.
Smith, A. H., & Pryce, F. N. (1928). A Catalogue of Sculpture: In the Department of Greek and Roman Antiquities, British Museum: Vol. II. British Museum Press.
Walker, S., & Higgs, P. (Eds.). (2001). Cleopatra of Egypt: from History to Myth. Princeton University Press.




